6 de septiembre de 2011

Swaps y derivados financieros I: El Entorno.

 

  Me atrevería a asegurar que más del 90% de las personas que han firmado un contrato de “permuta financiera” (otra forma más de llamar a estos contratos) en calidad de clientes no sabían lo que estaban firmando.

  Estos productos son los que han generado el mayor número de demandas a las entidades financieras españolas, ya no solo ante Banco de España, sino también en los tribunales.

 Desde una posición que pretende ser imparcial, y con el ánimo de aclarar un poco este asunto voy a tratar de desglosar estos productos en sus partes más pequeñas, intentando al mismo tiempo ayudar a aquellas personas que han firmado alguno de estos contratos a entender un poco mejor lo que les ha pasado.

ENTORNO LEGAL.  Aunque si se lo cuentas a un amigo en el café o tomando una cerveza lo más probable es que se ría de ti, todo este lío comenzó con la buena intención por parte del gobierno de proteger a los clientes de los bancos ante una subida de tipos, obligando a éstos por ley a ofrecer productos que contrarrestaran estas subidas. El ánimo de la ley era bueno, pero su aplicación fue desastrosa.

En el momento de la publicación de la ley el Euribor estaba entorno al 3% y bajando. Con estas expectativas a la banca no le interesaba ofrecer estos productos, puesto que los movimientos de los tipos de interés eran muy suaves y no hacían atractivo el producto.

TIPO DE INTERÉS.  El tipo de interés se mantuvo estable en una banda de entre el 2% y el 3% entre diciembre de 2002 y marzo de 2006, es decir, 40 meses de absoluta tranquilidad en los intereses, que fueron acompañados de un período de bonanza económica. Todo funcionaba.

A partir de marzo de 2006 la cosa cambia, el Euribor encadena continuas subidas de interés hasta que en diciembre de 2007 su media mensual rozó el 4,8%.  Este fue el caldo de cultivo. Esta situación era la idónea para comenzar a colocar swaps.

Pero ahí no acabó todo, pocos meses después, en junio de 2008, el Euribor tuvo su mayor subida diaria de la historia, alimentado por unas declaraciones del Presidente del Banco Central Europeo. En los meses posteriores y con la crisis financiera internacional en todo lo suyo el Euribor se asentó por encima del 5,3%.

La puntilla fue que una empresa de análisis y previsiones económicas auguró que el Euribor podría cerrar el año 2008 en un 6%.

Ya tenemos el fuego encendido. Con este panorama los bancos tienen carta blanca, te dicen y redicen que el interés va a seguir subiendo y te dan principalmente dos opciones, una, convertir el tipo de interés de tu préstamo de variable a fijo, y otra, fijar una banda de interés máximo y mínimo de la que tu préstamo nunca se pueda salir.

¿Y cómo se hacen estas conversiones de forma fácil y barata (la contratación de estos productos no tiene coste habitualmente) sin pasar por notario y sin tener que liquidar nuevamente impuestos?. Pues muy fácil, firma aquí.

Y si a cualquiera de nosotros no dan estos argumentos firmamos sin dudarlo.

PROBLEMA. El Euribor de diciembre de 2008 no fue el 6%, sino el 3,45%. En julio de 2009 (un año después de situarse en un 5,39%) su valor era del 1,41%.

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